La vergüenza que EEUU ocultó 50 años: «Utilizó falsos testimonios para ejecutar a dos espías comunistas»
Pere Cardona publica ‘Osos, átomos y espías’, un recorrido por la Guerra Fría a través de testimonios inéditos en España como el de los hijos del matrimonio Rosenberg

Pere Cardona es un investigador como pocos. Desde el primer momento, desde la primera palabra de la entrevista, logra atrapar a su interlocutor. Y sorprende que lo haga a golpe de datos. Algo similar sucede con sus ensayos: captan de forma inmediata la ... atención del lector sin obviar las fuentes. Su último libro, ‘Osos, átomos y espías’ (Principal, 2021) , es el vivo ejemplo de ello. Después de casi dos años de intenso trabajo, el autor ha reunido en esta obra los testimonios, inéditos en España, de personajes como los hijos del matrimonio Rosenberg –procesados y ejecutados en Estados Unidos por entregar secretos nucleares a la URSS– o Gary Powers Jr. –el retoño del famoso piloto derribado en Rusia e intercambiado después en el ‘ Puente de los espías ’–. Ambos, y otros tantos más, a golpe de llamadas telefónicas. Porque, si por algo destaca este catalán, es por su capacidad para conseguir entrevistas que a otros les resultan imposibles.
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Por ‘ Osos, átomos y espías ’ desfilan, pues, una ingente cantidad de voces a través de las que el autor engarza un relato de la Guerra Fría . Uno diferente en el que también hay hueco para testimonios españoles como el de Alejandra Suárez, la hija de un agente secreto tan determinante como olvidado por nuestra historia: ‘ Trigón ’. «Su historia es similar a ‘ The Blacklist ’», explica el autor a ABC. Igual de castizas son las palabras de Gustavo Peñalver , un pintor que residió en el Berlín dividido por el muro y al que la Stasi intentó reclutar. La conclusión es que, se abra por donde se abra, el ensayo es capaz de contar un período convulso y complejo desde las voces de sus protagonistas y mediante anécdotas tan amenas como ejemplificadoras. A todo ello se le añade una suma abrumadora de fuentes bibliográficas (casi medio millar) y unas 670 referencias a entrevistas y memorias contemporáneas.

Hablemos del testimonio de los hijos de los Rosenberg, un texto escalofriante y desgarrador, cuanto menos. ¿En qué consistió el gigantesco engaño orquestado por el Gobierno contra su familia?
En 1949, la Unión Soviética detonó su primera bomba atómica. Un hito conseguido años antes de lo previsto por los servicios secretos estadounidenses. Bajo su punto de vista, y no andaban desencaminados, el éxito debía adjudicarse al trabajo del espionaje soviético. En 1946, la detención del físico británico Alan Nunn May inició la investigación que condujo, cuatro años más tarde, al arresto del matrimonio Rosenberg. Las pruebas aportadas contra Julius –el marido– resultaban insuficientes, por lo que la fiscalía encausó a Ethel –la mujer– para arrancar la confesión del acusado.
¿Fueron incriminados con pruebas falsas?
Algunos testimonios aportados durante el juicio, como el de su cuñado David Greenglass, los incriminaron a cambio de un trato favorable. Si bien es cierto que Julius Rosenberg formó parte de los servicios secretos soviéticos, no consta que Ethel lo hiciera. Finalmente, el peso de los testimonios, la inexperiencia del abogado defensor y la contundencia de la fiscalía los condenó a la silla eléctrica. Con el cumplimiento de la sentencia, Michael y Robert, sus dos hijos de siete y cinco años, iniciaron el largo y tortuoso camino que los llevó a reconducir sus vidas tras alcanzar la mayoría de edad.
¿Cuál es la tesis que mantiene en el libro?
Diversas entrevistas que he mantenido con Robert Meerepool (Rosenberg) aportan un punto de vista desconocido en nuestro país hasta el momento. Su testimonio, junto a la documentación recopilada de la transcripción del juicio, ficheros gubernamentales relativos al caso desclasificado en 1975 y prensa de la época derriban el mito del matrimonio como principales actores en la consecución de la bomba atómica soviética.
¿A nivel humano, qué es lo que más le sorprendió del testimonio aportado por Robert?
Por un lado, lo que les pasó a los niños y que ellos cuentan de primera mano. Se quedaron solos, sin padres y estigmatizados. Era la Norteamérica del Macartismo con la etiqueta de ser los hijos de la pareja de espías comunistas que habían vendido los secretos de la bomba atómica a la URSS. Eso les generó un gran rechazo por parte incluso de su familia. La segunda, que el matrimonio pudo salvarse. Si hubieran admitido su culpabilidad (real o no, eso se explica ampliamente en libro) se habría conmutado la pena de muerte a cambio de una cadena perpetua. Con todo y con eso prefirieron ser fieles a sus ideales y los antepusieron a sus hijos.
Sigamos con Gary Powers Jr., el hijo del famoso piloto ha prestado sus declaraciones para la obra. ¿Siempre tuvo constancia de la importancia de su padre?
Gary Powers falleció en un accidente de helicóptero en 1977. Hasta aquel momento, Gary Jr. tenía una versión incompleta del incidente que protagonizó su padre en 1960 al ser derribado sobre la Unión Soviética mientras pilotaba un avión espía de la CIA. Conocía el suceso, la estancia de su padre como prisionero de la URSS y su posterior liberación. Tras su muerte, la gente empezó realizarle preguntas y fue entonces cuando comprendió que no sabía prácticamente nada sobre su él.
¿Ha intentado Gary desvelar el pasado de su padre?
Gary Jr. inició un camino que le permitió reconstruir el rompecabezas, un puzzle que a día de hoy continúa incompleto, pero del que ha podido colocar un gran número de piezas. Como en el caso de Robert Meerepool, las entrevistas que he realizado a Gary Powers Jr. profundizan sobre el incidente protagonizado por su padre y muestran los nexos de unión entre este y otros episodios de la Guerra Fría.

Kay Henry es otra de las muchas protagonistas. ¿Podría explicar aquella jornada en la que su padre se subió a un buque ‘radiado’ tras una prueba nuclear?
La historia de Bill Henry es una caja de sorpresas. Veterano estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, su hoja de servicios contiene episodios tan relevantes como ser uno de los supervivientes del ‘USS Oklahoma’ durante el ataque japonés a Pearl Harbor, participar en la campaña del pacífico en Guadalcanal o rescatar a un grupo de náufragos en Australia tras un ataque con torpedos. Finalizado el conflicto, formó parte de la tripulación del ‘USS Conyngham’, un destructor enviado en julio de 1946 al atolón de Bikini como apoyo a la flota que participó en la explosión de ‘Baker’, la primera bomba atómica detonada bajo el mar. El relato, facilitado por su hija Kay, narra el día a día de los marineros en el atolón. Tras la explosión, su barco fue declarado apto para la navegación y Bill y sus compañeros regresaron a bordo sin ningún tipo de protección frente a los altos niveles de radioactividad existentes.
Las dos entrevistas del capítulo dedicado a Trigón no tienen desperdicio. ¿Cuál fue la importancia real de espía en lo que se refiere a filtrar información a la CIA?
La historia de ‘Trigón’ no solo destaca su rol como doble agente de la CIA y el KGB, sino que guarda un asombroso parecido con la famosa serie ‘The Blacklist’. En este sentido, su vida se compone de dos partes. La primera nos acerca el trabajo desempeñado por este espía –cabe destacar que sus informes, enviados desde Moscú, recalaban en la mesa del secretario de estado norteamericano Henry Kissinger–. Mientras, la segunda aborda la posterior búsqueda identitaria iniciada por su hija, Alejandra Suárez. Ella creció sin padre. Su madre construyó una falsa identidad que la acompañó durante su infancia. No fue hasta alcanzar la mayoría de edad que conoció la verdad fragmentada que trata de reconstruir.
Además de Alejandra, ha entrevista a su ‘controladora’, Martha Peterson…
Martha Peterson fue la primera agente de campo estadounidense desplegada en Moscú. Una vez allí, trabajó como enlace entre ‘Trigón’ y la CIA. Por sus manos pasaban los documentos aportados por el agente, así como el material facilitado por la agencia para el desempeño de sus labores. Como en el caso de Alejandra, jamás intercambió palabra alguna con él. Las entrevistas que he realizado a Martha Peterson aportan una visión cercana de los hechos.
Otra de las historias sorprendentes es la protagonizada por Vitaly Yurchenko. ¿Cómo era la situación en Estados Unidos por entonces?
El año 1985 fue bautizado por la prensa estadounidense como el año del espía. A los casos destapados en territorio norteamericano había que sumar la desarticulación de las redes desplegadas por la CIA en la Unión Soviética. Esto último tan solo podía tener una explicación: la infiltración de un topo en el seno de los servicios secretos norteamericanos.

¿Qué sucedió con Yurchenko?
Vitaly Yurchenko, un coronel adscrito al KGB, desertó en el mes de agosto ante la embajada estadounidense en Roma. Su traslado a Estados Unidos y los posteriores interrogatorios destaparon la existencia de dos topos soviéticos. No obstante, al cabo de tres meses, Yurchenko se zafó de su vigilante y se presentó ante la embajada soviética de Washington. Al cabo de pocos días, ofreció una rueda de prensa para negar su deserción y regresó a la Unión Soviética donde fue recibido como un héroe.
¿Es el último misterio de la Guerra Fría?
Uno de ellos. En la actualidad se desconoce el verdadero motivo de este movimiento. ¿Porqué desertó primero y regresó después? ¿Fue una pantalla de humo para proteger a otros activos soviéticos o obedeció a motivos personales? He podido hablar con antiguos miembros de los servicios secretos españoles expertos en el caso. Ellos aportan diversas teorías que esclarecen un poco el suceso.
¿Hay alguna historia de la obra a la que tenga especial cariño?
Es difícil escoger una historia por encima de las demás. El detalle de cómo se construyó el Muro de Berlín, con las historias de fuga asociadas a la época; el delirante viaje realizado por el premier soviético Nikita Khrushchev a Estados Unidos donde, por poner un ejemplo, debatió con John Wayne la orden emitida por Stalin para ejecutar al actor; los 638 intentos de asesinato perpetrados contra Fidel Castro; el robo de un misil estadounidense almacenado en una base alemana por parte de un constructor inmerso en apuros económicos o el relato de Gustavo Peñalver, un pintor español residente en el Berlin de los años 70 al que intentó captar la Stasi, nos aportan un relato de la Guerra Fría difícil de olvidar.
¿Cómo cree que ha influido la Guerra Fría en la actualidad?
Aunque el mundo continúa dividido en dos grandes bloques ideológicos (capitalismo y comunismo), los actores principales basculan su función protagonista. En la Guerra Fría clásica, Estados Unidos y la Unión Soviética lideraban sus respectivos equipos. Actualmente, mientras China reclama una predominante parcela de poder, la Unión Europea juega su papel en el bando occidental. Y todo ello, ante la atenta mirada de sus predecesores. Aún así, en esencia, los movimientos geopolíticos actuales obedecen a los mismos criterios del siglo pasado: el control total del escenario mundial.
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